Los grandes museos llevan su catálogo a internet
No hace falta viajar a Nueva York, París o Madrid para ver las obras de los mejores museos del mundo, porque todos tienen sus colecciones colgadas en la red, pero algunos han dado un paso más y permiten ver sus salas gratis, sin vigilantes y con una cercanía imposible en la vida real
Uno de los casos del Museo Thyssen de Madrid, cuya galería virtual se caracteriza además por su realismo, sencillez y facilidad de acceso, mientras que en otros, caso del Louvre, es preciso saber dónde buscar y requiere la intervención continúa del internauta.
Sólo en 2007 la web del Thyssen tuvo cinco millones de usuarios, cuatro veces más que todas las visitas al museo desde su inauguración, según explicó a EFE el responsable de Informática de la galería, Javier Espada.
"La visita virtual permite una experiencia única de inmersión en la institución pero nunca sustituirá a la presencial", asegura Espada, quien augura que dentro de unos años se montarán exposiciones sólo para la red.
Además de acceder al millar de obras que expone el Thyssen, se pueden ver todas las muestras temporales, de tal forma que la que se inaugurará el día 5 de febrero sobre Modigliani estará disponible ese mismo día.
En su estela, la Fundación Mapfre, que atesora cerca de 1.500 obras, ha decidido "abrir" esta misma semana su museo en internet: diez salas con cerca de 100 obras "colgadas", que se completa, como sucede con todos los museos, con una base de datos sobre todos sus fondos.
"Se trata de poner en valor y organizar la colección y de permitir, de paso, el acceso de todos", señaló en declaraciones a Efe el coordinador de la iniciativa, Javier Bravo, para quien esta forma de exponer el arte "es el futuro".
A su juicio, muchos museos se limitan a que su portal sea "una gran agenda de contenidos, con mucha información y poca calidad", mientras que otros como el Thyssen o el Gulbenkian de Lisboa sobresalen por su esmerada puesta en escena.
A esta tendencia se ha sumado también el Grupo BBVA, con más de 3.000 obras "de relevancia" en su haber, explicó su directora de actividades culturales, Concha Badiola.
El patrimonio artístico está diseminado por edificios de España y América Latina y el grupo ha optado por ofrecer visitas virtuales a tres exposiciones temporales y está estudiando "abrir museo" en internet con sus obras maestras.
Otros, como el Reina Sofía de Madrid, con 16.200 obras en sus fondos de las que solo expone el 2%, restringen la visita virtual a sus edificios y jardines y a algunas exposiciones temporales.
Ese museo, como el Tate Modern, en Londres, el MOMA y el MET, ambos en Nueva York, tiene la complejidad añadida de que muchos de sus cuadros están sujetos a derechos de autor y, aunque los ubican en la web, en la planta en la que se encuentran no se puede ver la foto de la obra.
El Guggenheim de Bilbao ha remodelado por completo el pasado mes de noviembre su web con el propósito de convertirse en un referente internacional de los museos on line, según dijo a Efe su subdirectora de Comunicación, Marga Meoro.
En su página se puede visitar, con los responsables del museo como guías, el edificio, la ría, las obras que se exponen en el exterior y las que se exhiben dentro de Richard Serra, aunque no las exposiciones temporales.
Meoro tampoco cree que esta forma de conocer el museo vaya a sustituir a la otra "porque afirma la obra de arte hay que verla".
En el otro lado está el Museo del Prado que estrenó en octubre una web con un gran volumen de contenidos, quizá el mayor de los museos españoles, pero que no ofrece visita virtual a sus fondos, dijo a Efe Elena Garrido, portavoz de la institución.
Su web, que tiene 8.000 usuarios diarios, casi tantos como presenciales, sí permite un "paseo" por sus obras maestras.
"No hay nada que pueda suplir la visita física", aseguró Garrido, quien adelantó que en un futuro próximo esperan colgar en la red imágenes de todos sus fondos, unas 7.000 obras.
Uno de los casos del Museo Thyssen de Madrid, cuya galería virtual se caracteriza además por su realismo, sencillez y facilidad de acceso, mientras que en otros, caso del Louvre, es preciso saber dónde buscar y requiere la intervención continúa del internauta.
Sólo en 2007 la web del Thyssen tuvo cinco millones de usuarios, cuatro veces más que todas las visitas al museo desde su inauguración, según explicó a EFE el responsable de Informática de la galería, Javier Espada.
"La visita virtual permite una experiencia única de inmersión en la institución pero nunca sustituirá a la presencial", asegura Espada, quien augura que dentro de unos años se montarán exposiciones sólo para la red.
Además de acceder al millar de obras que expone el Thyssen, se pueden ver todas las muestras temporales, de tal forma que la que se inaugurará el día 5 de febrero sobre Modigliani estará disponible ese mismo día.
En su estela, la Fundación Mapfre, que atesora cerca de 1.500 obras, ha decidido "abrir" esta misma semana su museo en internet: diez salas con cerca de 100 obras "colgadas", que se completa, como sucede con todos los museos, con una base de datos sobre todos sus fondos.
"Se trata de poner en valor y organizar la colección y de permitir, de paso, el acceso de todos", señaló en declaraciones a Efe el coordinador de la iniciativa, Javier Bravo, para quien esta forma de exponer el arte "es el futuro".
A su juicio, muchos museos se limitan a que su portal sea "una gran agenda de contenidos, con mucha información y poca calidad", mientras que otros como el Thyssen o el Gulbenkian de Lisboa sobresalen por su esmerada puesta en escena.
A esta tendencia se ha sumado también el Grupo BBVA, con más de 3.000 obras "de relevancia" en su haber, explicó su directora de actividades culturales, Concha Badiola.
El patrimonio artístico está diseminado por edificios de España y América Latina y el grupo ha optado por ofrecer visitas virtuales a tres exposiciones temporales y está estudiando "abrir museo" en internet con sus obras maestras.
Otros, como el Reina Sofía de Madrid, con 16.200 obras en sus fondos de las que solo expone el 2%, restringen la visita virtual a sus edificios y jardines y a algunas exposiciones temporales.
Ese museo, como el Tate Modern, en Londres, el MOMA y el MET, ambos en Nueva York, tiene la complejidad añadida de que muchos de sus cuadros están sujetos a derechos de autor y, aunque los ubican en la web, en la planta en la que se encuentran no se puede ver la foto de la obra.
El Guggenheim de Bilbao ha remodelado por completo el pasado mes de noviembre su web con el propósito de convertirse en un referente internacional de los museos on line, según dijo a Efe su subdirectora de Comunicación, Marga Meoro.
En su página se puede visitar, con los responsables del museo como guías, el edificio, la ría, las obras que se exponen en el exterior y las que se exhiben dentro de Richard Serra, aunque no las exposiciones temporales.
Meoro tampoco cree que esta forma de conocer el museo vaya a sustituir a la otra "porque afirma la obra de arte hay que verla".
En el otro lado está el Museo del Prado que estrenó en octubre una web con un gran volumen de contenidos, quizá el mayor de los museos españoles, pero que no ofrece visita virtual a sus fondos, dijo a Efe Elena Garrido, portavoz de la institución.
Su web, que tiene 8.000 usuarios diarios, casi tantos como presenciales, sí permite un "paseo" por sus obras maestras.
"No hay nada que pueda suplir la visita física", aseguró Garrido, quien adelantó que en un futuro próximo esperan colgar en la red imágenes de todos sus fondos, unas 7.000 obras.
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