Además del fuego, EEUU lucha contra una sequía de proporciones épicas
Mientras California lucha contra las llamas, vastas áreas de Estados Unidos soportan una sequía casi sin precedentes con millones de personas que temen que de sus grifos deje de salir agua.
En el sureste del país, a los agricultores les preocupa perder sus cosechas de granos, mientras los ecologistas advierten de un desastre inminente y las reservas de agua en tres Estados disminuyen.
"Casi la mitad del sudeste está en una sequía extrema y el suministro de agua ha alcanzado niveles críticos en ciertas ciudades", dijo el jefe de operaciones de previsiones meteorológicas en el Centro de Predicción Climática, Michael Halpert.
En California, además de los incendios que desplazaron a cientos de miles de personas, el Estado ha sufrido un año récord de escasez de lluvias y altas temperaturas, dejando el campo más vulnerable a las llamas.
Los Ángeles tuvo un récord de sólo 8,15 centímetros de precipitaciones en el año, convirtiéndose en el más seco desde 1877. La ciudad extrae la mitad de su agua de las montañas de Sierra Nevada, que este año aportó un 20% de lo usual.
"Teniendo en cuenta que las áreas más afectadas necesitan más de 30 centímetros de lluvia para salir de la sequía, esta sequía no se terminará pronto", dijo el meteorólogo Randy Schechter.
El experto agregó que se espera que la sequía persista desde el noreste de Alabama a los Estados del centroeste y que puede volver a desarrollarse en Florida. En el oeste es probable que continúe desde el sur de California hasta Arizona, agregó Schechter.
El más afectado es el Estado de Georgia, en el sureste, con una sequía "extrema" y la peor desde 1892. Buena parte del Estado está en estado de emergencia y el gobernador, Sonny Perdue, ha pedido ayuda federal.
Preocupa la bajada en los niveles del lago Lanier, una reserva de unas 15.000 hectáreas que suministra agua potable para tres millones de personas, especialmente en Atlanta.
La sequía ha dejado además a los ganaderos con escasez de heno. "Es una situación muy precaria ahora", dijo Curt Lacy, un economista especialista en ganado de la University of Georgia. "No veo cómo vamos a evitar matar vacas con la falta de suministro de heno que tenemos en el estado este año".
En Maryland "cada cosecha fue afectada", dice Buddy Hance, subsecretario de del Departamento de Agricultura de ese Estado. Hance dice que sus propias cosechas de soja y maíz fueron este año un 70% menores a lo usual.
En la región, las autoridades han impuesto restricciones al uso de agua e incluso se ha ordenado que las compañías disminuyan un 10 por ciento su consumo.
Mientras en California luchan por controlar los incendios, en el sureste exhortan a la población a extremar cuidados para evitarlos.
Con sus 8.000 incendios promedio en un año y las sequías, las precauciones son especiales en el Estado de Georgia donde los expertos temen un incendio de grandes proporciones.
En el sureste del país, a los agricultores les preocupa perder sus cosechas de granos, mientras los ecologistas advierten de un desastre inminente y las reservas de agua en tres Estados disminuyen.
"Casi la mitad del sudeste está en una sequía extrema y el suministro de agua ha alcanzado niveles críticos en ciertas ciudades", dijo el jefe de operaciones de previsiones meteorológicas en el Centro de Predicción Climática, Michael Halpert.
En California, además de los incendios que desplazaron a cientos de miles de personas, el Estado ha sufrido un año récord de escasez de lluvias y altas temperaturas, dejando el campo más vulnerable a las llamas.
Los Ángeles tuvo un récord de sólo 8,15 centímetros de precipitaciones en el año, convirtiéndose en el más seco desde 1877. La ciudad extrae la mitad de su agua de las montañas de Sierra Nevada, que este año aportó un 20% de lo usual.
"Teniendo en cuenta que las áreas más afectadas necesitan más de 30 centímetros de lluvia para salir de la sequía, esta sequía no se terminará pronto", dijo el meteorólogo Randy Schechter.
El experto agregó que se espera que la sequía persista desde el noreste de Alabama a los Estados del centroeste y que puede volver a desarrollarse en Florida. En el oeste es probable que continúe desde el sur de California hasta Arizona, agregó Schechter.
El más afectado es el Estado de Georgia, en el sureste, con una sequía "extrema" y la peor desde 1892. Buena parte del Estado está en estado de emergencia y el gobernador, Sonny Perdue, ha pedido ayuda federal.
Preocupa la bajada en los niveles del lago Lanier, una reserva de unas 15.000 hectáreas que suministra agua potable para tres millones de personas, especialmente en Atlanta.
La sequía ha dejado además a los ganaderos con escasez de heno. "Es una situación muy precaria ahora", dijo Curt Lacy, un economista especialista en ganado de la University of Georgia. "No veo cómo vamos a evitar matar vacas con la falta de suministro de heno que tenemos en el estado este año".
En Maryland "cada cosecha fue afectada", dice Buddy Hance, subsecretario de del Departamento de Agricultura de ese Estado. Hance dice que sus propias cosechas de soja y maíz fueron este año un 70% menores a lo usual.
En la región, las autoridades han impuesto restricciones al uso de agua e incluso se ha ordenado que las compañías disminuyan un 10 por ciento su consumo.
Mientras en California luchan por controlar los incendios, en el sureste exhortan a la población a extremar cuidados para evitarlos.
Con sus 8.000 incendios promedio en un año y las sequías, las precauciones son especiales en el Estado de Georgia donde los expertos temen un incendio de grandes proporciones.
IBLNews
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