Museo de Nueva York se une a lucha para conservar el agua
El Museo de Historia Natural de Nueva York, el mayor del mundo en su género, se suma a partir de mañana a los esfuerzos internacionales por fomentar la conservación del agua, con la organización de una de sus exposiciones más ambiciosas, en la que reflexiona sobre este recurso natural en todas sus facetas.
El agua como savia y alma del planeta, como fuente de vida, energía y espectáculo, y como hilo conductor de la historia cultural del ser humano, pero también como recurso limitado, bajo la presión de la sobreexplotación, el despilfarro y la contaminación.
"Agua: H2O = Vida" es el sugerente título elegido por el gran museo neoyorquino para organizar una muestra que permite al visitante sumergirse en los secretos de una sustancia necesaria para todas las formas de vida conocidas y, a su vez, uno de los mayores retos a los que se enfrenta la especie humana.
Con esta exhibición, que se podrá ver en Nueva York hasta el 26 de mayo, "se aborda uno de los grandes desafíos del siglo XXI: El desarrollo sostenible de la humanidad y la gestión del agua como un requisito imprescindible y finito", indicó la presidenta del museo, Ellen Futter.
Al adentrarse en las salas de exposición tras atravesar una impactante cortina de humo que simula de forma muy real una catarata, el visitante aprende que, pese a que tres cuartas partes de la superficie terrestre están cubiertas de agua, solo el tres por ciento es dulce y únicamente el uno por ciento está disponible y en condiciones para consumo humano.
Financiada con el apoyo de la Fundación de Ciencia Natural de EE.UU. y organizada con la colaboración de decenas de organismos y museos de todo el mundo, la exhibición recurre a todo tipo de técnicas, desde las más punteras, como un globo terráqueo de casi dos metros con imágenes de satélite, hasta animales vivos o casi un centenar de artefactos interactivos.
La muestra, que se llevará por otras ciudades del mundo durante los próximos cuatro años, busca que el visitante vaya tomando conciencia de la importancia de un líquido fundamental para regular la temperatura global del planeta y para mantenerlo vivo.
Para Eric Jolly, presidente del Museo de la Ciencia de Minesota, que también ha colaborado en la organización de la muestra, los visitantes se enfrentarán al "reto de reconsiderar el modo en que ven el agua", para dejar de entenderlo como un recurso ilimitado y asumir su limitación y su carácter indispensable.
Para ello, más del 60 por ciento de los ríos de todo el mundo se han desviado o retenido con presas, lo que, pese al efecto beneficioso para el hombre (que obtiene de ellos el 20 por ciento de la electricidad consumida en todo el mundo), bloquea o altera las migraciones de los peces, destruye humedales y obliga a desplazarse a millones de personas, según se aprende en la exposición.
"El agua es vital para nuestra supervivencia y sostenibilidad del planeta", explicó a Efe Eleanor Sterling, comisaria de la muestra, quien advirtió de que su escasez hará aumentar los incendios, las sequías e incluso los conflictos armados.
La visita al museo permite aprender que un ser humano, cuyo 60 por ciento de peso es agua, necesita ingerir en bebidas o alimentos cerca de 3,7 litros diarios de agua, y que, en total, se necesitan unos 20 litros para sobrevivir, cocinar y asearse.
Sin embargo, una de cada seis personas no llega a esa cantidad y, mientras que en EE.UU. cada una consume 573 litros diarios (incluidos el uso personal y el municipal) de media, en Etiopía solo 10.
Mientras el visitante toma conciencia de estos desequilibrios, también obtiene pequeños trucos para optimizar el uso del agua y combatir así "una crisis mundial que no entiende de fronteras", según la directora del museo.
Entre ellos destaca el de evitar el agua embotellada, ya que cuesta diez veces más que la del grifo, genera 2,7 millones de toneladas de plástico al año en todo el mundo y para sacar al mercado una botella de litro se consumen tres de agua y un cuarto de petróleo.
Además, se calcula que el 40 por ciento del agua embotellada vendida en EE.UU, es del grifo, según los responsable de la muestra, que también aconsejan reducir el consumo de alimentos que requieren mucha agua para su elaboración.
Mientras la producción de una manzana requiere 70 litros de agua, la de un vaso de leche 190 y la de 150 gramos de carne de vaca 480, la de un kilo de arroz en el Valle Central de California necesita hasta 3.400 litros.
EFE
El agua como savia y alma del planeta, como fuente de vida, energía y espectáculo, y como hilo conductor de la historia cultural del ser humano, pero también como recurso limitado, bajo la presión de la sobreexplotación, el despilfarro y la contaminación.
"Agua: H2O = Vida" es el sugerente título elegido por el gran museo neoyorquino para organizar una muestra que permite al visitante sumergirse en los secretos de una sustancia necesaria para todas las formas de vida conocidas y, a su vez, uno de los mayores retos a los que se enfrenta la especie humana.
Con esta exhibición, que se podrá ver en Nueva York hasta el 26 de mayo, "se aborda uno de los grandes desafíos del siglo XXI: El desarrollo sostenible de la humanidad y la gestión del agua como un requisito imprescindible y finito", indicó la presidenta del museo, Ellen Futter.
Al adentrarse en las salas de exposición tras atravesar una impactante cortina de humo que simula de forma muy real una catarata, el visitante aprende que, pese a que tres cuartas partes de la superficie terrestre están cubiertas de agua, solo el tres por ciento es dulce y únicamente el uno por ciento está disponible y en condiciones para consumo humano.
Financiada con el apoyo de la Fundación de Ciencia Natural de EE.UU. y organizada con la colaboración de decenas de organismos y museos de todo el mundo, la exhibición recurre a todo tipo de técnicas, desde las más punteras, como un globo terráqueo de casi dos metros con imágenes de satélite, hasta animales vivos o casi un centenar de artefactos interactivos.
La muestra, que se llevará por otras ciudades del mundo durante los próximos cuatro años, busca que el visitante vaya tomando conciencia de la importancia de un líquido fundamental para regular la temperatura global del planeta y para mantenerlo vivo.
Para Eric Jolly, presidente del Museo de la Ciencia de Minesota, que también ha colaborado en la organización de la muestra, los visitantes se enfrentarán al "reto de reconsiderar el modo en que ven el agua", para dejar de entenderlo como un recurso ilimitado y asumir su limitación y su carácter indispensable.
Para ello, más del 60 por ciento de los ríos de todo el mundo se han desviado o retenido con presas, lo que, pese al efecto beneficioso para el hombre (que obtiene de ellos el 20 por ciento de la electricidad consumida en todo el mundo), bloquea o altera las migraciones de los peces, destruye humedales y obliga a desplazarse a millones de personas, según se aprende en la exposición.
"El agua es vital para nuestra supervivencia y sostenibilidad del planeta", explicó a Efe Eleanor Sterling, comisaria de la muestra, quien advirtió de que su escasez hará aumentar los incendios, las sequías e incluso los conflictos armados.
La visita al museo permite aprender que un ser humano, cuyo 60 por ciento de peso es agua, necesita ingerir en bebidas o alimentos cerca de 3,7 litros diarios de agua, y que, en total, se necesitan unos 20 litros para sobrevivir, cocinar y asearse.
Sin embargo, una de cada seis personas no llega a esa cantidad y, mientras que en EE.UU. cada una consume 573 litros diarios (incluidos el uso personal y el municipal) de media, en Etiopía solo 10.
Mientras el visitante toma conciencia de estos desequilibrios, también obtiene pequeños trucos para optimizar el uso del agua y combatir así "una crisis mundial que no entiende de fronteras", según la directora del museo.
Entre ellos destaca el de evitar el agua embotellada, ya que cuesta diez veces más que la del grifo, genera 2,7 millones de toneladas de plástico al año en todo el mundo y para sacar al mercado una botella de litro se consumen tres de agua y un cuarto de petróleo.
Además, se calcula que el 40 por ciento del agua embotellada vendida en EE.UU, es del grifo, según los responsable de la muestra, que también aconsejan reducir el consumo de alimentos que requieren mucha agua para su elaboración.
Mientras la producción de una manzana requiere 70 litros de agua, la de un vaso de leche 190 y la de 150 gramos de carne de vaca 480, la de un kilo de arroz en el Valle Central de California necesita hasta 3.400 litros.
EFE
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