La resistencia de Opera
Navegadores han ido y venido en las últimas décadas de internet. Hemos
visto llegar a la cima y desaparecer a algunos como Mosaic, AOL o
Netscape.
Sin embargo, un pequeño navegador noruego se resiste a desaparecer a pesar de no alcanzar más del 3% del mercado en la web.
Se llama Opera, aunque sus amigos lo conocen simplemente cómo O. Un
circular muchacho rojo que sigue abriendo las puertas de internet.
¿Cómo ha logrado sobrevivir y qué le depara el futuro?
Opera nació públicamente en 1996 como un browser novedoso, con pestañas y buena velocidad en un mercado en el que Netscape se imponía.
Dieciséis años después la empresa acaba de lanzar la versión número
12.10 que cuenta con una mayor integración para computadoras Mac y apela
a ser más rápida que sus predecesores.
Desde su aparición el software ha sido recibido con buenas críticas y
considerado como un producto innovador con características que otros
integran después.
Fue uno de los primeros navegadores en introducir el concepto de
pestañas en una misma ventana o la "marcación rápida" que permite a sus
usuarios poner vistas en miniatura de sus sitios favoritos cada que
abren una nueva página.
Su modelo de negocio ha cambiado con el paso del tiempo. En los 90
-cuando se pagaba por todo en línea- se podía usar por un tiempo
limitado, pero después había que pagar por él.
Pero desde hace más de siete años su principal ingreso -igual que
Firefox- proviene del pago que le da Google para ser el motor de
búsqueda predeterminado del programa.
A pesar de ello no cuenta con la promoción de sus competidores.
Internet Explorer tiene detrás de sí la fuerza de Windows y Microsoft,
el papá de Chrome es el poderoso Google, Apple presume a Safari y los
programadores y amantes de Linux suelen echarle piropos a Firefox.
Opera, sin embargo, depende de un exclusivo nicho de entusiastas
tecnológicos. De ahí que ningún estudio de mercado les de más del 3% de
la rebanada del pastel de navegadores.
Su secreto -y éxito monetario- se debe a los dispositivos móviles. La
empresa cuenta con dos versiones de su navegador para pequeñas
pantallas: Opera Mobile y Opera Mini.
El primero está destinado a teléfonos inteligentes y suele tener
buena aceptación entre los usuarios como alternativa a los programas que
vienen preinstalados en sus dispositivos.
El segundo es la mina de oro.
Opera ha firmado una innumerable cantidad de acuerdos con fabricantes
de teléfonos celulares tradicionales como Motorola y Nokia -e incluso
con NIntendo- a fin de que su navegador Mini sea el producto instalado
en forma predeterminada en varios teléfonos.
Lo logra porque cuenta con una tecnología que hace que cada vez que
un celular convencional quiera conectarse a una página en internet, ésta
es enviada a los servidores de Opera a fin de reducir su peso antes de
ser mostrada en el dispositivo. Ello permite que la velocidad de carga
sea rápida.
El servicio es particularmente popular en América Latina y en algunos
países de Europa del Este. En Bielorrusia, por ejemplo, Opera es el
navegador más usado.
La terquedad de Opera en subsistir se debe, en gran medida, a su
operación móvil. Pero con la llegada de grandes jugadores como IE,
Chrome y Firefox a estos dispositivos, su futuro no parece estar
asegurado.
¿Ustedes lo usan? ¿Cuál es su navegador favorito?
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