Lo mejor y lo peor de los 50 años de la televisión chilena

Para celebrar la primera transmisión, realizada el 5 de octubre de 1957, los fundadores de los canales chilenos recuerdan cómo fue su día de debut. Mientras, 50 importantes personalidades que trabajan en la pantalla chica eligen lo más destacable y lo que es preferible olvidar.
Es medio siglo. De entretención, conversación, servicio, impacto y glamour. De hitos que se celebran unidos frente a la pantalla como la Teletón o el Mundial del 62 o el cambio del blanco y negro al color. De asombro en cadena como el primer paso del hombre en la luna o los 11 de septiembre, el del 73 en Chile y el del 2001 en Nueva York.
De las tardes femeninas y disciplinadas de Mirella Latorre hasta los matinales brillantes y relajados de Camiroaga y los arranques de diva de Raquel Argandoña. De los trajes de señora bien de Gina Zuanic a las transparencias de Cecilia Bolocco. De las maneras impecables de Raúl Matas a la informalidad de Kike Morandé, y ahora el desparpajo de los protagonistas de la farándula.
De muchos curiosos que el sábado 5 de octubre de 1957 se detuvieron frente a la novedad del momento: un televisor instalado en el diario La Unión de Valparaíso para ver la primera transmisión televisiva en Chile, realizada por la UC de Valparaíso, hasta los finales de las teleseries y los estelares brillantes en pantallas de plasma en cada rincón del país y en el extranjero.
Todo ha cambiado. Un camino de cinco décadas que los pioneros del que hoy es uno de los medios de comunicación más importantes e influyentes del país quieren recordar. Y celebrar. Y también opinar.
Los fundadores de cada uno de los canales más importantes cuentan esos días de experimento y esperanzas. Se ríen de las anécdotas y detallan las coordenadas. Y se unen a 50 personalidades que protagonizan la TV de hoy y eligen a los mejores y a los peores. Los momentos más importantes y también los malos. Los programas, frases, comerciales, looks y hasta peleas que han definido épocas.
Y los resultados van desde el Sábados Gigantes de Don Francisco como el mejor de los espacios, hasta el fracasado Sin Mochila, que duró menos de un mes en la red católica, como el menos rescatable.
Del comercial de un banco donde Delfina Guzmán le gritaba a un ciclista interpretado por Nissim Sharim “¡cómprate un auto, Perico!”, hasta la frase “¡que venga la modelo!” de Mario Kreutzberger, como algunos emblemas de esta historia.
“La primera vez que entré a un estudio de televisión me impresionó lo frío que era. Uno se imaginaba un espectáculo lleno depúblico y aquí había unas cámaras con unos ojos grandes que te miraban”, rememora Mario Kreutzberger, el más antiguo de los conductores chilenos.
Explicando cómo el encanto de la pantalla chica florece bajo los focos y se proyecta en la pantalla. “En esos años ver una imagen era una cosa mágica”, recuerda Carlos Meléndez, uno de los integrantes del grupo que en 1957 efectuó la primera emisión. Refiriéndose a la misma sensación que se mantiene hasta hoy.
Quizas el mas recordado comercial de esa epoca...(Comprate un auto Perico !!! )



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