EEUU lucha por mantener la hegemonía mundial del GPS frente a su rival Galileo

El sistema de posicionamiento geográfico GPS, nacido en EEUU, se prepara para una actualización y mejora ante la llegada (aunque con mucho retraso) de su competidor Galileo. La idea es llegar a tener las mismas capacidades que promete el sistema europeo.
Los ingenieros estadounidenses preparan ya el futuro lanzamiento de los satélites GPS III, cuya primera fase de lanzamiento será en 2013, mientras que la puesta en servicio de Galileo está prevista para finales del año 2012, informa la corresponsal de AFP Daphné Benoit.
La nueva red GPS estará formada por una constelación de 32 satélites, y se establecerá progresivamente, en tres tiempos. La primera fase tiene un coste inicial de 1.800 millones de dólares.
Comparado con el actual servicio GPS (siglas que se corresponden con Global Positioning System), "los satélites GPS III ofrecerán una navegación mejorada a los usuarios tanto civiles como militares gracias a una mayor precisión y a una mayor protección frente a intentos de sabotaje" por parte de países enemigos, explicó el coronel David Madden, responsable del servicio GPS de las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
Estados Unidos pretende mantener así la hegemonía de su sistema, que se ha convertido en una infraestructura indispensable tanto desde un punto de vista económico a escala mundial como desde el punto de vista militar.
Nacido en 1986, el sistema GPS o Navstar (Navigation Satellite for Time and Ranging) creado por el Pentágono permite encontrar con precisión un punto en cualquier parte del globo terraqueo. Concebido inicialmente sólo para uso militar, también da servicios civiles gratis.
Este sistema ya ha experimentado algunas mejoras, sobre todo tras el envío en 2006 de nuevos satélites, dotados de una mejor calidad de señal, así como de una se gunda frecuencia dedicada a usos civiles. La precisión de la localización arroja un margen de error de 'escasos metros', según Lockheed Martin, uno de los fabricantes junto con Boeing.
No obstante, el sistema GPS III promete nuevos avances, tales como un poder de transmisión de datos cerca de 500 veces superior al actual. Además, tendrá una gran resistencia a las interferencias no previstas y un margen de error de tan sólo un metro, igual que el sistema Galileo, según Globalsecurity.
Además, originariamente, los datos proporcionados por los militares para organismos civiles eran alterados voluntariamente, lo que afectaba a su precisión, y siempre por motivos de seguridad. A pesar de que la Casa Blanca había suspendido el uso de esta función en el año 2000, se ha anunciado que el nuevo sistema GPS no dispondrá de esta 'capacidad de distorsión'.

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