Francia presenta la nueva joya de la Alta Velocidad: 360 kilómetros por hora

El fabricante de ferrocarriles francés Alstom ha presentado el que es el tren de alta velocidad más moderno de toda Europa, un convoy capaz de marchar a 360 kilómetros por hora que ha "emocionado" al presidente Nicolas Sarkozy en su puesta de largo.
Junto a Sarkozy, presidió el acto el presidente y consejero delegado de Alstom, Pratrick Kron, quien destacó que el AGV llega al mercado en el momento en que la alta velocidad ferroviaria está en nueva fase de expansión gracias a los países en desarrollo.
A juicio de Kron, la principal aportación de este tren es "tener la fuerza motriz distribuida a lo largo del convoy, con lo que se gana en espacio para el viajero y se ahorra energía al no tener que emplear cabezas tractoras.
El nuevo tren, AGV (Automotor Gran Velocidad) combina la arquitectura de los trenes articulados de 'bogie' compartido entre los coches, como en los AVE de Madrid-Sevilla, con el nuevo sistema de tracción distribuida que reparte los propulsores a lo largo de toda la composición eliminando la utilización de las cabezas tractoras, las locomotoras.
Gracias a su diseño y tracción, el AGV puede alcanzar una velocidad de 360 kilómetros a la hora, para lo que ha aprovechado los desarrollos técnicos realizados por el tren experimental que alcanzó en el 3 de abril del 2007 los 574,8 kilómetros por hora, récord mundial de velocidad sobre raíles.

El Automotor Gran Velocidad cuenta, con un pedido en firme de 25 unidades más una opción de 10, realizada por el operador privado italiano NTV (Nuevo Transporte de Viajeros), que recibirá los primeros trenes en el 2010. El AGV en sus distintas configuraciones, permite composiciones de 7 a 14 coches (130 a 250 metros de longitud), con una oferta de entre 250 y 650 plazas. La potencia que desarrolla en nuevo tren va desde los 6.000 a los 12.000 kw, lo que supone 22 kw.por tonelada de peso. Una de estas unidades puede pesar entre 270 a 510 toneladas.
Para el presidente Sarkozy la "apuesta francesa" debe ser la industria, como motor de crecimiento de la sociedad, y para ello dijo que no debe ser penalizada si Francia "quiere mantener su competitividad".
Por ello, Sarkozy anunció que piensa bajar la tasa profesional para reducir la carga impositiva del sector industrial.
Sarkozy, en una clara alusión a la crisis que asola al sistema financiero europeo, y al galo en particular, manifestó su orgullo por la "apuesta francesa" de la innovación frente a la especulación bursátil, de los mercados de materias primas o del sector inmobiliario.

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