Con pocas esperanzas, Perú busca supervivientes entre los escombros tras el devastador terremoto

Los equipos de rescate trabajaban durante la noche buscando supervivientes del potente terremoto que sacudió la costa central de Perú cobrándose la vida de más de 500 personas en uno de los peores desastres naturales del país en los últimos 100 años.
El terremoto de magnitud 8 estremeció el país el miércoles por la tarde y muchas de sus víctimas eran pobres que murieron al derrumbarse sus frágiles casas de adobe. Hospitales y morgues estaban colapsados, lo que obligó a dejar los cadáveres en las calles. El vicecomandante del Cuerpo General de Bomberos, Roberto Ognio, dijo que el terremoto ha dejado hasta ahora 510 muertos y unos 1.500 heridos, según informó el periódico El Comercio. El responsable agregó que el número de muertos podría incrementarse, y que quedan pocas esperanzas de hallar supervivientes entre los escombros. Más de 24 horas después del seísmo, una serie de réplicas han sembrado el pánico en los pueblos más afectados al sur de la capital, Lima, aunque el rescate de un hombre vivo de los escombros de una iglesia dio esperanzas a los socorristas en Pisco. "Es prácticamente un milagro y ojalá pudiéramos encontrar otros más", dijo el comandante de los bomberos de Perú, Carlos Córdova, quien junto a autoridades y voluntarios locales y extranjeros trabajaba bajo luces de emergencia en el rescate de las víctimas y la recuperación de cuerpos. "Por el momento vamos a seguir buscando", señaló Felipe Aguilar, quien dirige los esfuerzos de rescate del Ejército en el pueblo. "Para nosotros, esta es la prioridad (...) porque ya hemos sacado a una persona viva", agregó. En la plaza donde alguna vez hubo una iglesia, cientos de personas se reunieron en el único lugar del pueblo de 120.000 habitantes con luz después del terremoto, que cortó la electricidad, las líneas telefónicas y las principales carreteras. Pisco, famoso por licor de uva que lleva su nombre, fue la zona más afectada por el terremoto junto con los pueblos de Ica y Chincha, donde cientos de prisioneros escaparon desde una cárcel cuando el terremoto derrumbó el edificio.
El presidente peruano, Alan García, visitó el jueves las zonas afectadas por el terremoto y presentó sus condolencias a las familias de las víctimas. El seísmo fue uno de los peores desastres naturales que han afectado al país sudamericano durante el último siglo. En 1970, unos 50.000 peruanos murieron en un terremoto que provocó una avalancha de hielo y barro que sepultó al poblado de Yungay, al norte de Lima. En el centro de la capital, la bandera peruana ondeaba a media asta por los tres días de luto nacional decretados por García.

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Anónimo ha dicho que…
preferia Superman

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