Nasa revisa fisura en coraza térmica del Endeavour
Mediante una extensión con sensores de láser especialmente diseñada, los astronautas del transbordador espacial Endeavour se pusieron a revisar el vientre de la nave, proporcionando imágenes en tercera dimensión de una grieta, a fin de que la Nasa determine si es necesario repararla.
Un fragmento de espuma aislante golpeó el transbordador durante el despegue de la semana pasada, luego de desprenderse del tanque de combustible externo, causando la fisura.
La fisura de forma irregular, que abarca dos mosaicos térmicos adyacentes, y quizás la esquina de un tercero, mide unos siete centímetros (tres y media pulgadas de largo) por poco más de cinco centímetros (dos pulgadas) de ancho. La inspección permitirá determinar su profundidad, lo cual es de importancia capital para los administradores de la misión, quienes deben decidir si envían a dos astronautas a arreglar la zona, de difícil acceso.
Se espera que la decisión al respecto sea tomada mañana lunes. La posibilidad de realizar reparaciones se redujo cuando la Nasa descubrió el sábado por la noche que el impacto fue causado por espuma aislante y no por hielo, que hubiera causado peores daños, como se pensó previamente.
"Gracias a toda la tripulación por realizar un gran trabajo con la toma de información", dijo el Control de Misión a los astronautas, una vez que terminó la inspección de tres horas de duración. "Nuestra gente tiene muchos análisis por hacer".
Los mosaicos térmicos en la zona dañada, cercana a la puerta principal del tren de aterrizaje, son apenas de unos tres centímetros (más de una pulgada) de gruesos. Incluso si han sido penetradas por completo, se encuentran sobre la estructura de aluminio del ala derecha, lo cual ofrecería una mayor protección contra el calor causado por el regreso a la atmósfera al final del vuelo.
El área puede enfrentar unos 1.260 grados (2.300 Fahrenheit) de temperatura durante el reingreso a la atmósfera, y un hueco lo suficientemente grande y profundo puede causar un desastre similar al que ocurrió con el transbordador Challenger hace cuatro años.
Un fragmento de espuma aislante golpeó el transbordador durante el despegue de la semana pasada, luego de desprenderse del tanque de combustible externo, causando la fisura.
La fisura de forma irregular, que abarca dos mosaicos térmicos adyacentes, y quizás la esquina de un tercero, mide unos siete centímetros (tres y media pulgadas de largo) por poco más de cinco centímetros (dos pulgadas) de ancho. La inspección permitirá determinar su profundidad, lo cual es de importancia capital para los administradores de la misión, quienes deben decidir si envían a dos astronautas a arreglar la zona, de difícil acceso.
Se espera que la decisión al respecto sea tomada mañana lunes. La posibilidad de realizar reparaciones se redujo cuando la Nasa descubrió el sábado por la noche que el impacto fue causado por espuma aislante y no por hielo, que hubiera causado peores daños, como se pensó previamente.
"Gracias a toda la tripulación por realizar un gran trabajo con la toma de información", dijo el Control de Misión a los astronautas, una vez que terminó la inspección de tres horas de duración. "Nuestra gente tiene muchos análisis por hacer".
Los mosaicos térmicos en la zona dañada, cercana a la puerta principal del tren de aterrizaje, son apenas de unos tres centímetros (más de una pulgada) de gruesos. Incluso si han sido penetradas por completo, se encuentran sobre la estructura de aluminio del ala derecha, lo cual ofrecería una mayor protección contra el calor causado por el regreso a la atmósfera al final del vuelo.
El área puede enfrentar unos 1.260 grados (2.300 Fahrenheit) de temperatura durante el reingreso a la atmósfera, y un hueco lo suficientemente grande y profundo puede causar un desastre similar al que ocurrió con el transbordador Challenger hace cuatro años.
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