¿Estamos salvando al planeta?

Están teniendo resultados los esfuerzos del mundo para salvar al planeta?

Hay que hacer mucho más, afirman los expertos.
El cambio climático, advierten los científicos, tendrá consecuencias desastrosas para el planeta si no reducimos drásticamente nuestras emisiones contaminantes.
Pero de qué emisiones hablamos y las de quiénes, es una de las preguntas en continuo debate.
Los estudios más recientes afirman que los niveles de CO2 en la atmósfera han aumentado más rápido de lo que esperaba.
El Proyecto Global de Carbono (GCP en sus siglas en inglés), que reúne a varios científicos encargados de estudiar los ciclos de carbono en la Tierra, encontró que desde el año 2000 el CO2 en la atmósfera ha aumentado 35% más rápido de lo que se esperaba.
Esto, afirma el organismo, debido al rápido crecimiento económico del mundo, el uso ineficiente de combustibles fósiles (que aumentó 17%) y a la menor capacidad de los océanos y los bosques tropicales para absorber los gases invernadero.

A pasos lentos
Según el GCP, "los esfuerzos del mundo para limitar el calentamiento global están quedando rezagados".
La disminución en la capacidad de los océanos y selvas para absorber el dióxido de carbono, afirma el GCP, sugiere que la estabilización del CO2 en la atmósfera es mucho más difícil de lograr que se creía.
"Hemos logrado un 10% de lo que deberíamos haber logrado" dijo a BBC Ciencia la doctora Patricia Romero Lankao, investigadora del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos (NCAR), y miembro del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) y el GCP.
"Ha habido mucha respuesta a este gran reto a nivel local -agrega- incluso en un país como Estados Unidos cuyo gobierno se ha rehusado a firmar el Protocolo de Kyoto".
Los océanos y los bosques tropicales absorben típicamente cerca de 50% de las emisiones contaminantes cada año, pero cada vez esta capacidad disminuye debido al incremento en las temperaturas del planeta.
Símbolos y acciones
El mundo ya tomó el primer paso -aunque más simbólico que práctico- para controlar las emisiones de gases invernadero con el Protocolo de Kyoto.
Aunque hasta ahora ha sido muy incierto el efecto de este compromiso internacional para reducir los gases contaminantes, como lo demuestra el informe del GCP, con Kyoto se ha demostrado que el mundo puede actuar colectivamente para salvaguardar al planeta.
El Protocolo compromete a 35 naciones a reducir sus emisiones de carbono en una primera fase, que expira en 2012.
Los críticos afirman que los límites que establece el actual tratado para la reducción de emisiones son muy pequeños y los compromisos no han sido suficientemente firmes.
A fines de 2007 los delegados de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático se reunirán en Bali para evaluar formas de ampliar el Protocolo de Kyoto.
El nuevo acuerdo, afirman los expertos, debe ser mucho más ambicioso y capaz de producir reducciones globales "genuinas" en las emisiones el efecto invernadero, actuando de forma eficiente y equitativa.

Varios frentes
"En el frente tecnológico es necesario distanciarnos del uso de combustibles fósiles" dice la investigadora del NCAR..
Actualmente los combustibles fósiles -petróleo, gas natural y carbón- satisfacen el 80% de la demanda global de energía.
Por otra parte, las fuentes de energía renovable - biocombustibles, energía eólica y solar- satisfacen menos de 1% de esa demanda.
"Nuestros estilos de vida están sustentados por el uso del petróleo -dice Patricia Romero- e incluso en los países con buenos sistemas de transporte público ha habido un aumento en el uso de automóviles".
"Y cada vez más gente viaja en avión por el gusto de conocer muchos países y esto también tiene implicaciones para las emisiones de gases de efecto invernadero".
"Tenemos que actuar en frentes que son difíciles de cambiar de la noche a la mañana y nuestro esfuerzo va a tener que ser muy duro", agrega la investigadora.
Pero no actuar ahora, acuerdan los expertos, significará que la Tierra, sus pobladores y su biovidersidad enfrentarán las consecuencias más severas y devastadoras, como lo han confirmado los informes del IPCC. El Protocolo compromete a 35 naciones a reducir sus emisiones de carbono en una primera fase, que expira en 2012.
Los críticos afirman que los límites que establece el actual tratado para la reducción de emisiones son muy pequeños y los compromisos no han sido suficientemente firmes.
A fines de 2007 los delegados de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático se reunirán en Bali para evaluar formas de ampliar el Protocolo de Kyoto.
El nuevo acuerdo, afirman los expertos, debe ser mucho más ambicioso y capaz de producir reducciones globales "genuinas" en las emisiones el efecto invernadero, actuando de forma eficiente y equitativa.
Varios frentes
"En el frente tecnológico es necesario distanciarnos del uso de combustibles fósiles" dice la investigadora del NCAR..
Actualmente los combustibles fósiles -petróleo, gas natural y carbón- satisfacen el 80% de la demanda global de energía.
Por otra parte, las fuentes de energía renovable - biocombustibles, energía eólica y solar- satisfacen menos de 1% de esa demanda.
"Nuestros estilos de vida están sustentados por el uso del petróleo -dice Patricia Romero- e incluso en los países con buenos sistemas de transporte público ha habido un aumento en el uso de automóviles".
"Y cada vez más gente viaja en avión por el gusto de conocer muchos países y esto también tiene implicaciones para las emisiones de gases de efecto invernadero".
"Tenemos que actuar en frentes que son difíciles de cambiar de la noche a la mañana y nuestro esfuerzo va a tener que ser muy duro", agrega la investigadora.
Pero no actuar ahora, acuerdan los expertos, significará que la Tierra, sus pobladores y su biovidersidad enfrentarán las consecuencias más severas y devastadoras, como lo han confirmado los informes del IPCC.

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